MUJERES COMO ELLA
Sentado al lado de una luna que no reflejaba ni mi propio rostro, cerca ya de las 10:30 de la noche y con las ventanas casi abiertas iba yo. Por suerte el carro iba vacío cuando llegué yo, por tanto no dudé ni un segundo en sacar mis auriculares y escuchar buena música como es lógico en mi, Baladas. Para unos algo deprimente y aburrido, pero para mi el género más maravilloso de la tierra y el único ritmo que me mantiene vivo. De pronto todos los asientos quedaron copados, pero nadie iba de pie. Al levantar la mirada hacia una esquina la cual era siempre muy transitada, me sorprendí a ver a 2 chicas jóvenes quienes se decidieron a tomar el mismo bus que yo. Al subir y ponerse al otro lado de las ventanas -ambas iban de pie- mis ojos brillaron por la emoción tan tenue que jamás pude haber esperado. Era la chica más, más, más -y no me cansaré en decirlo- más linda que haya podido ver. Era como si soñaras tener tu primer encuentro con Dios y quedaras...