MI MELANCOLÍA Y YO
Quisiera llorar de impotencia porque sé que ella no puede corresponderme, me da tanta pena que hasta me pongo mal a punto de llorar, pero es que la quiero tanto.
En verdad me arrepiento de haber respondido sus mensajes y haber creído en sus palabras y es que estoy aferrado a ella, aunque ella no sienta nada por mí.
Me llegué a enamorar, la quiero, la deseo, quiero estar con ella, pero cada vez que comparte cosas de él me pone triste, aunque también contento a la vez.
Quisiera renunciar y olvidarme de ella para siempre, pero sé que no lo haría por mi cobardía; también sé que la quiero tanto, pero no como para amarla por siempre. Sé también que es un querer fuerte que siento, pero que no va a ser duradero, tal vez sea fugaz, tal vez sea pasajero o tal vez no sea cierto.
A veces comparo a la luna y las estrellas, y cada vez que creo encontrar alguna semejanza me acuerdo de ella y desaparezco por completo.
Quisiera retroceder el tiempo y así evitar habernos conocido. Ahora que sé que ya estoy herido y con el corazón envuelto en un destello de ilusión, sé que lo mío no es cierto y lo que creo sentir es sólo una carta más de un simple amor viajero.
Y hoy me pregunto, ¿Qué hacer si ya estoy envenenado?, ¿Qué hacer si ya estoy marcado con la espina de aquella rosa que oscurece mi alma, pero acelera mis latidos?
Qué hacer hoy si en lo único que pienso es en seguir vivo para poder verla.
Y verla como es feliz, aunque no sea conmigo.

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