Ella



Días en vacío y blanco donde suplicaba con ansias alguna emoción de vuelta, a algún suspiro amigo del pasado que me la traiga nuevamente y junto con ella traiga también a mi corazón. Preguntaba en mi cabeza el cómo fue, el cómo sucedió, el cómo se inició el momento de cariño y admiración exacto que siento por ella hoy, sólo recuerdo que una mañana con un cielo gris para asombro de todos, ahí yo la vi. Mis ojos agradecidos por tanta magia, por tanto encanto junto.
Por dejarme olvidar todos los cuadros nefastos que viví en el pasado, hoy todo regresa con un brillo sincero y llano, y hoy todo vuelve, con un mejor color. Mi sonrisa se estira cuando la escucho hablar, mis palabras se cruzan cuando la recuerdo en mi mente, mis ojos brillan si la ven pasar, y mi corazón... no, mi corazón no está porque se fue tras ella. Es difícil no pensarla aunque lo intente, es egoísta imaginar que llevamos un año juntos porque sólo pasa en mi mente, es triste saber que sino lo intento la pierdo y si me arriesgo a intentarlo, también la puedo perder. Prefiero creer que sólo la tengo en mis sueños, esos sueños que deseo no sean efímeros, ni pasajeros. Esos sueños que se vuelven cómplices para que en mi mente pueda hacerla feliz, esos sueños que me hacen derramar lágrimas al despertar porque veo que no es cierto, porque hoy no la vi, porque no la tengo y porque es otro quien la hace feliz, aunque ella no lo aparente así. Por eso hoy con resignación en mi cabeza me digo a mí mismo que no la vea, que no la sienta, pido que no me acelere su presencia porque no soy nada de ella y prefiero no serlo a perderla. Aunque suene egoísta y cobarde, pero qué más da si mi consciencia sólo hoy me acompaña porque mi corazón se fue con ella, con ella mi Princesa a quien jamás pude mirar con amor de cerca…

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