CAPULÍ

Saber que acaba el día y con ello llueve el encanto de verla otra vez me da motivos a sonreír hasta que me cubra la noche temple.

Sentirla cerca estando a lo lejos me llena de emociones por dentro y me invita a despertar el buen sentir que tenía entre sueños. Verla reír es mi mejor recuerdo, mi más diáfano pensamiento y mi mejor motivo para levantarme de todo y proseguir.

Podrán venir primaveras sin colores, tardes frías de temporada incierta y sin sabores, un invierno con lluvia seca cayendo por mi vereda y cortes repentinos de luz que para algunos es síntoma de buena suerte; pero, me pregunto qué sería de mí si la pierdo sin poder tenerla, si dejo de soñarla entre mi presente y sentir que no la cuido lo suficiente como imaginé siempre en mi mente.

Despierto del trance y sonrío al ver que no es cierto, que sigue aquí donde la dejé y me pregunto: ¿Qué sería de mí sin su sonrisa hoy al verme, sin sus engreimientos que me enloquecen siempre, sin sus muecas y gestos que le encanta a la gente, y es que sé que a pesar de todo estaré yo para protegerla y estará ella para motivarme y fortalecerme como lo ha venido haciendo desde que me detuve al verle. 

Vendrán tardes frías y temporadas hirientes, pero sé también que habrá siempre un Sol que me ilumine desde el Este, aquella luz imponente que hoy es mi presente. Ese corazón a quien yo decidí seguir y la magia a quien quiero cuidar y querer por siempre...